En busca de los azúcares que originaron la vida

Un equipo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha logrado un hito histórico al aislar y caracterizar por primera vez en la historia un azúcar en fase gaseosa. Los azúcares, debido a su diversidad y relevancia bioquímica, desempeñan funciones fundamentales, como servir de almacenamiento de energía y combustible para sistemas biológicos, formar parte del ADN y ARN, y tener un papel crucial en procesos celulares.

Recientemente, el interés en los azúcares ha crecido en la cosmoquímica, especialmente en la búsqueda de materiales primordiales para el origen de la vida en el espacio interestelar. Identificar este material también podría arrojar luz sobre el mecanismo del origen de la vida en la Tierra.

Los azúcares más simples, con 2 y 3 unidades de carbono, ya se han encontrado en nubes y meteoritos. Sin embargo, detectar azúcares más complejos en el espacio ha sido desafiante debido a la falta de información precisa sobre su estructura, información que solo los laboratorios de investigación pueden proporcionar.

En la búsqueda por detectar el primer azúcar en fase gaseosa utilizando técnicas de alta resolución, varios grupos en el mundo compiten. Los desafíos surgen al intentar vaporizar el azúcar debido a las inestabilidades térmicas causadas por la pérdida de agua.

"Para caracterizar la estructura del azúcar, es crucial evitar la descomposición por deshidratación y aislarlo para evitar alteraciones por moléculas vecinas", explica Emilio José Cocinero, investigador de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Su equipo ha logrado observar por primera vez en el mundo un azúcar, la ribosa, en fase gaseosa, y caracterizar varias de sus estructuras.

"Los azúcares son moléculas altamente flexibles que pueden adoptar numerosas configuraciones diferentes. Hemos identificado las seis estructuras más estables de la ribosa", dice el investigador. Sin embargo, todas estas estructuras tienen anillos de seis miembros, a diferencia de la ribosa en el ARN o el ADN, donde los anillos son de cinco miembros.

"Dado que el material genético tiene una configuración diferente, es improbable que los primeros seres vivos contuvieran ribosa", concluye Cocinero. La investigación abre nuevas posibilidades para estudiar el papel de los azúcares en los primeros seres vivos.

La investigación, dirigida por Cocinero, contó con la colaboración de varios investigadores de la UPV/EHU, así como de otras universidades, y se llevó a cabo con un equipo construido en la Universidad del País Vasco. Utilizaron espectroscopía de microondas combinada con vaporización láser ultrarrápida con luz ultravioleta para observar la ribosa en fase gaseosa, detectando y caracterizando seis estructuras diferentes.

El artículo "Ribose Found in the Gas Phase", publicado en la revista Angewandte Chemie International Edition, será destacado en la portada del número de abril y en su versión en línea. Esta publicación, con un índice de impacto de 12,730, es una de las más importantes en el campo de la Química.

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