Las Vegas forma parte del imaginario colectivo de la Humanidad. La ciudad que nunca duerme, el lugar de las bodas imposibles, la ciudad donde pase lo que pase todo queda en las Vegas, la ciudad de los hoteles luminosos y la fauna más increíble, la ciudad de los casinos y las pelis más descacharrantes y gamberras, la ciudad de los grandes shows y espectáculos, corresponde a cada uno de nosotros por lo que allí hemos vivido o imaginado vivir.
Como bien podría decirse uno no debería morirse sin haber estado alguna vez en Las Vegas. Las Vegas son sobre todo sus hoteles, sus espectáculos nocturnos y sus gentes.
A Las Vegas puede llegarse en avión, casi en todos los casos el medio de transporte más cómodo y barato por los innumerables vuelos que llegan hasta la ciudad, o en coche si por ejemplo se hace recorrido por la Costa Oeste desde San Francisco o Los Ángeles. Es esta opción una forma interesante de transporte si por ejemplo se van a hacer visitas adicionales como el Cañón de Colorado o el Valley of Fire en el corazón de Nevada.
Las Vegas es básicamente su Strip o como oficialmente se llama, Las Vegas Boulevard. Nos encontramos con una enorme calle de casi cinco kilómetros de longitud que se encuentra en perpetua ebullición durante el día y la noche. Aquí se encuentran la mayoría de los grandes hoteles de Las Vegas y los casinos. Delimitada por la Torre Stratosphere en el Norte y por los hoteles MGM Grand y New York New York en el sur, recorrer su amplia extensión es una obligación para entender la ciudad.
Aquí podremos descubrir hoteles como el Caesars Palace en el centro del Strip, uno de los más lujosos de la ciudad y que goza de las más bonitas piscinas Las Vegas. En su famoso Auditorio destacan sus espectáculos entre los que Cher y Elton John son asiduos protagonistas.
En el Venetian, el turista tendrá la sensación de ser transportado a la ciudad de los canales, con sus espléndidas recreaciones del Puente de Rialto o de la Plaza de San Marcos. Un auténtico espectáculo epatante que le dejará con la boca abierta.
En la línea de impresionantes hoteles temáticos encontraremos algunos sensacionales ejemplos como The Paris, con su increíble reproducción de la Torre Eiffel parisina, el New York New York con sus rascacielos dibujados al más mínimo detalle o el Circus Circus centrado en la estética circense. En el Luxor podrá imaginarse viajando por Egipto sin perder la mejor de las vistas.
Otra manera de descubrir Las Vegas es acercarse a sus espectáculos diarios, que están abiertos a todos los públicos. Entre ellos nos quedamos con Las fuentes del Hotel Bellagio, un maravilloso juego de luces, agua y sonido que le emocionará. El volcán del Hotel Mirage es también una atracción que reúne a un público muy numeroso, como el espectáculo de las Sirenas del TI.
No se vaya de Las Vegas sin pasarse por alguno de sus casinos con sus salas de máquinas, ruletas y mesas de poker. Tentar a la suerte en una ocasión no puede tener mejor escenario.
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