Enseñar a aprender

La motivación es la fuerza interna que nos impulsa a la acción, una energía que nos ayuda a enfrentar desafíos y superar obstáculos. En el ámbito educativo, la motivación de los estudiantes es crucial para su aprendizaje. Numerosos estudios han mostrado una disminución en la motivación y rendimiento de muchos adolescentes. Inicialmente, se pensaba que esto se debía a los cambios psicológicos y fisiológicos propios de esta etapa de desarrollo y, por lo tanto, era algo inevitable.

Pero, ¿cómo podemos motivarlos y hacer que se involucren en su propio aprendizaje? La clave está en crear entornos de enseñanza atractivos, donde los estudiantes puedan aprender de manera colaborativa, investigar sobre el mundo real y desarrollar habilidades esenciales del siglo XXI. Estas habilidades serán indispensables cuando salgan del sistema educativo y busquen continuar con estudios superiores o ingresar al mercado laboral exitosamente.

Para lograr esto, es fundamental ofrecer actividades motivadoras antes, durante y después de las sesiones de aprendizaje, de manera que se genere de forma natural una actitud positiva hacia el estudio.

Las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicació

Las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) proporcionan escenarios poderosos para experiencias de aprendizaje enriquecedoras. Estas tecnologías permiten conexiones con el mundo fuera del aula, transformando las prácticas educativas de actividades breves y aisladas a procesos más largos e integrales. Las TIC ya están en las aulas y han llegado para quedarse. Aunque hasta ahora las computadoras no han revolucionado la educación, esto se debe a que la verdadera revolución depende de los docentes, que deben usar estas herramientas de manera inteligente.

Nuestro papel como educadores hoy en día ya no es solo transmitir conocimientos, muchos de los cuales pueden estar disponibles en diversas fuentes y tener una vigencia limitada. En cambio, debemos enseñar a nuestros alumnos a «APRENDER A APRENDER» de manera autónoma en esta cultura del cambio, promoviendo su desarrollo cognitivo y personal. Debemos aprovechar toda la información y las nuevas herramientas tecnológicas que potenciarán, mejorarán y ampliarán la educación, que es la base del desarrollo social.

El poder para mejorar la educación y generar un cambio positivo en las prácticas pedagógicas está únicamente en nosotros, los docentes. Debemos utilizar los nuevos recursos disponibles, aprovechar los conocimientos tecnológicos que nuestros alumnos han adquirido de manera natural y aprender con ellos y de ellos.

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